Opinión

Hace unas semanas, el Consejo de Relaciones Laborales publicó información sociolaboral del mes de septiembre de 2015. Voy a dedicar los siguientes parrafos a traducir lo que se esconde tras esa maraña de números.
Gipuzkoako patronalen capo di tutti capi, Gibelaldek, harroputza dela erakutsi du (ezer berria), menderaezinak direla uste baitute. Euskal Herriko klase-borrokan, ADEGIko lehendakariak esandakoa kapitalisten ofentsiba gogorra agerian uzten du.
Bueno, bueno, ya han transcurrido unos días desde las últimas elecciones, se han configurado los ayuntamientos y, como siempre, la escenificación de este circo ha tenido episodios para todos los gustos.
CONFEBASK pozik dago. Patronalaren alderdiak hauteskundeak irabazi ditu, beraien negozioentzako oso onuragarria dena. Gainera, maiatzean Euskal Ekonomiaren Perspektibak zeintzuk diren argitaratu zuten. Harrigarria hauen diagnostikoa.
En julio de 1944, cuando faltan apenas nueve meses para el fin de la Segunda Guerra Mundial, los representantes de medio centenar de países se reúnen en Bretton Woods (New Hampshire, EE.UU.). Allí, en apenas un mes de monólogo estadounidense se pusieron las bases para, una vez más, refundar el capitalismo. El modelo allí implantado ha regido en buena parte del mundo durante todo el siglo XX y, aún hoy, sufrimos con infinita paciencia sus nefastas consecuencias.
Es costumbre entre las trabajadoras y en las organizaciones obreras hablar de que parte de la mala situación de los derechos laborales se debe a la Reforma Laboral; pocas veces se oye hablar de ésta en plural. La legislación laboral es un reflejo de las relaciones laborales existentes en el momento, un ejemplo de cómo se encuentra la dinámica de luchas de clases entre capital y clase obrera. La situación de los servicios sociales, sanitarios, educativos y de las pensiones se pueden utilizar también como termómetro de esa dinámica de lucha de clases. Los gobiernos de diferentes colores han ido…

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