Yo, ingenuo de mí, que me creía curado de espantos… que creía conocer los huecos y recovecos de un sistema brutal e indigno que se disfraza con máscaras de respeto y tolerancia mientras persigue, oprime y destruye cualquier disidencia… que me he saciado hasta la náusea con sus mentiras, manipulaciones, vacuidades y estupideces… que me he indignado y reído de sus grotescas patochadas y he blasfemado hasta quedarme ronco… Yo, ingenuo de mí, repito, me he quedado boquiabierto al descubrir que los títeres son unas peligrosísimas armas de exaltación de la violencia y de no sé qué cosas más que…