Hay otra forma

Workfare: trabajar sin cobrar

Las ideas contra la 'crisis' siguen produciendo monstruos sin pies ni cabeza. En esta ocasión, el gobierno conservador de Cameron ha importado una medida de EEUU: trabajar para empresas totalmente gratis. En estos momentos nos informan que la multinacional Holland and Barret ha decidido dejar de realizar estas prácticas tras la presión ejercida por la Solidarity Federation (sección inglesa de la AIT).

Workfare es un programa de trabajo importado al Reino Unido del modelo estadounidense, por el cual a las personas desempleadas de larga duración se les obliga a trabajar -como cualquier otro trabajador-, adquirir experiencia y así poder reinsertarse en el mundo laboral. Estas personas están obligadas a acudir a la llamada del trabajo no remunerado bajo amenaza de pérdida del subsidio.

En Reino Unido, este programa fue impulsado por el gobierno de David Cameron en noviembre de 2011 y se está aplicando desde febrero de este año, obligando a las personas que llevan 26 semanas en búsqueda de empleo a trabajar 30 horas a la semana durante 6 semanas o perder cualquier tipo de ayuda que estuviesen recibiendo. Posteriormente, el empresario tiene la posibilidad de contratarla como trabajador o trabajadora, lo cual no llega al 50% de los casos.

El subsidio principal se llama Job Seeker’s Allowance (JSA). Se trata de aquel que conceden al ver “pruebas” de que estás buscando trabajo. Mediante este programa tienen el poder de despedir a cualquier persona en activo para sustituirla por una más “barata”. Esta ayuda consiste en unas £50 semanales para los menores de 25 años y unas £70 semanales a partir de esa edad. La realidad muestra que se trabajan más horas semanales de lo que marca el gobierno, por lo que se estaría pagando entre £1,25 y £2 la hora, atacando brutalmente el salario mínimo estipulado en £6,08/hora.

Los grupos más castigados por el desempleo (jóvenes, madres/padres solteras, personas con minusvalía, enfermos, etc...) son los más vulnerables a ser forzados a entrar en estos programas de reinserción laboral no remunerados, provocando situaciones de desprotección, angustia y ansiedad a lo que pueda suceder el día de mañana, ya que pertenecer a uno de estos grupos implica entrar en una dinámica donde se impone una economía de supervivencia, mientras caminamos hacia una especie de esclavitud encubierta.

En un sistema capitalista y depredador como el actual, este tipo de programas de reinserción -que podrían ser una vía de escape laboral para la gente más pobre- se convierten en caldo de cultivo para que las multinacionales y grandes empresas, en su búsqueda del máximo beneficio al menor coste, acudan al gobierno a buscar réditos.

McDonalds, Pizza Hut, Primark, Asda o Holland and Barrett son algunas de las muchas empresas que se están aprovechando del Workfare. Otras se han salido del programa -Tesco, Sainsburys, Burger King, Poundland, etc...- gracias a la presión mediática, piquetes y ocupaciones de sus supermercados. Tesco llegó a publicitar “trabajo por subsidio” en sus anuncios, con la intención de sustituir a trabajadoras y trabajadores que estuviesen a jornada completa por aquellas y aquellos no remunerados. Las estadísticas mostraron que de las 1.400 personas que trabajaron sin pagarles sólo 300 consiguieron trabajo en la empresa.

Alguna de las empresas que adquirieron los contratos del Workfare -como es el caso de A4E- están siendo investigadas por corrupción; otras, como Atos -encargada de revisar las bajas por enfermedad- están obligando a acudir al trabajo a cualquier trabajadora o trabajador, incluso a gente con cáncer terminal. La conclusión es que si no vas a trabajar, aparte de perder el subsidio JSA, también pierdes el derecho a otro tipo de subsidios como las ayudas al alquiler, lo que hace que las situaciones desesperadas aumenten.

Desde varios sindicatos, entre ellos Solidarity Federation – IWA-AIT, se está llevando una campaña de lucha continua contra el Workfare, consiguiendo pequeñas victorias a través de la acción directa pero que resultan insuficientes cuando -a pesar de la labor informativa- no existe una concienciación efectiva de la sociedad para luchar contra los ataques del capital.

Entre julio y agosto se han celebrado en Londres los Juegos Olímpicos, un supuesto 'boom' para la maltrecha economía inglesa que se suponía que haría de balón de oxígeno veraniego para maquillar la crisis. Pero después de la fiesta, ¿qué les espera?

A los trabajadores no les queda otra salida que despertar del letargo y crear alternativas al capitalismo, rompiendo con el trabajo asalariado, la búsqueda de un beneficio económico y la motivación económica; autoorganizándose y dando salida a proyectos autogestionados.

(Artículo publicado originalmente en el nº 390 del Periódico CNT por I. Zabaleta).

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