CNT en el sector público: “no nos paramos ante los recortes”


Los ataques del capital y el gobierno al sector público van a más. Ante esta ofensiva, que tiene por objetivos precarizar a la totalidad del sector público, eliminar los pocos derechos sociales que nos quedan, y entregarnos atados de pies y manos al sector privado, tenemos que defendernos.

Antes de los recortes y presupuestos generales del gobierno del Partido Popular, las diputaciones forales, los ayuntamientos, el gobierno vasco, Osakidetza, Educación, y demás entes autonómicos, pese a oponerse de boquilla a los mismos, ya llevaban a cabo recortes encubiertos: despidos enmascarados en la falta de renovaciones, aumento de la presión sobre el personal laboral para trabajar más horas, reducción drástica en las sustituciones... Lo de ahora, sólo está siendo la intensificación de algo que ya se veía venir.

La última reforma laboral es el principio del fin de la posibilidad de tener un trabajo digno en el sector público. Si los ratios de interinidad iban a más antes de la reforma, ahora lo que se quiere es poder despedir sin coste alguno y aplicar Expedientes de Regulación de Empleo en el sector público. Un paso más en su privatización, para que servicios básicos que han de estar sin duda alguna fuera de mercado, pasen a engrosar las cuentas de la patronal que sólo tiene como objetivo el mayor beneficio posible, “economizar”, “racionalizar”, “ajustar”, como ellos dicen, es la vía para ello, para que sus beneficios no paren de aumentar. A costa de la educación, la salud... y de lo que haga falta, no importan las personas, prima únicamente su sagrado beneficio.

Todo esto son razones suficientes para movilizarnos y decir basta ya. Lo que no se puede es, como han hecho los sindicatos representativos de la función pública una vez más, marear la perdiz. No se puede estar emplazando a toda la función pública a movilizarse y a salir a la calle, y a los pocos días recular y dejarlo en una mera algarada. Esta forma de funcionar es la vía directa a la desmovilización. Hoy más que nunca son necesarias las asambleas en los centros de trabajo donde se debata y decida que hacer y cómo, y no supeditar las movilizaciones a toques de silbato de quienes basan sus estrategias en opciones políticas, en base a quién este gobernando o pretendan que gobierne. Este es el ataque más fuerte por parte del capital en los últimos tiempos, y va a seguir imponiendo sus dictados esté quien esté en el gobierno. Los únicos que le podemos hacerle frente somos los y las trabajadoras.

Hay que recordar que esto es un ataque al funcionariado y a la clase trabajadora en su conjunto. Por tanto, la respuesta ha de ser total y contundente. Y para que sea lo suficientemente fuerte, ha de estar enmarcada hacia la huelga general, ya que como hemos dicho, nos afecta a todos y todas, a los y las trabajadoras y a los mismos usuarios, la ciudadanía en su conjunto.

Es preciso iniciar una dinámica real de movilizaciones, desde la base, con unos objetivos concretos y dejando claro que no dejaremos de utilizar todos los medios posibles hasta lograrlos.

No nos paramos ante los recortes. Movilicémonos. Nos vemos en las calles.